jueves, 29 de enero de 2009

BETEL, MENSAJEROS DE LA PAZ, UNA ONG EN TODA REGLA


Hoy llamaron a la puerta. Eran dos hombres decentemente vestidos y con un aspecto limpio y correcto. Llevaba uno de ellos un panfleto en la mano y el otro un buen montón de ese mismo folleto. Por la reja de la cancela me ofreció este hombre el folleto con ánimo de que lo leyese, pidiéndome le ayudase con la voluntad.
Eché una ojeada al prospecto y entre los recuadros o remix fotográfico que había impreso observé ya casi abajo del todo, uno que me llamó la atención.
Se trataba del Padre Ángel.
Conocí al Padre Ángel hace ya casi 35 años. Y fue gracias a un anuncio que leí en el periódico ABC, en el que se solicitaban personas con ganas de triunfar, amantes de la fotografía…etc. Llamé por teléfono y me atendió un señor que más tarde, en la cita que tuvimos, tuve también la verdadera suerte de conocer. D. Saturnino Martín Gañán.
Era la mano derecha del Padre Ángel y su intención era establecer una delegación de un Laboratorio de fotografía a color. Éste se llamaba LAMP y su sede la tenía en Madrid, estaba subvencionado y su cometido principal era abrir casas para niños desamparados.
En la presentación que Saturnino me hizo de la empresa, en primer lugar me llevó a Castilleja de la Cuesta donde había una de estas casas.
Más tarde fui a Madrid, -unas dos semanas después de entrar a colaborar con esta ONG y ahí fue donde conocí al Padre Ángel. Una persona muy atenta, amable, charlatán, pero con un corazón que no le cabía en el pecho.
De esta entrevista salí con el encargo prioritario de abrir ésa delegación.
No quiero extenderme mucho. Simplemente ratificar que verdaderamente esta ONG existe, que está esencialmente dedicada a los más necesitados y que cualquier donativo que se entregue llega a su principal objetivo. Ayudar e invertir en los más necesitados.
Hice mi donativo y ellos me dejaron el panfleto a pesar de haberlo rechazado, a sabiendas de que todo, en este caso, era lícito y caritativo.

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