jueves, 1 de enero de 2009

PROPÓSITO DE ENMIENDA EN AÑO NUEVO

Ya entró el nuevo año y, como es preceptivo, todo quisque habrá dicho o pensado: Año nuevo, vida nueva. O borrón y cuenta nueva. Se empiezan a fraguar mentalmente los diversos temas que este año anterior nos salió mal.
Y queremos, lógicamente, rectificarlos o mejorarlos.
Sin lugar a dudas, los malos momentos son rápidamente olvidados o, al menos, se intenta. Aunque no tienes muy claro aún qué vas a hacer de ahora en adelante. Y no lo tienes claro porque anoche…esta mañana te acostaste a las 5 y tu cerebro está aún por discernir si vives o estás en el otro mundo.
La boca reseca, la cabeza dándote zumbidos, el malestar general que domina tu cuerpo… ¡vamos que nada tienes claro en este momento!
Ya, a eso de las tres de la tarde te despierta la parienta, que ya está fregando platos de anoche porque a las 6 vienen tus primos a tomar café.
Mira por donde, el lavavajillas que no sé qué coño le pasó, no funciona.
Tú intentas hacerte valer y le dices a tu mujer: Quita, quita, déjame que siga yo fregando que a ti se te da mejor la cocina. Prepárame algo de comer mientras friego, pero por favor, primero dame algo fresquito que tengo la boca como la alpargata de un moro: tiesa, seca y echando un aliento que tira patrás a un elefante.
Es el día 1 de Enero. Creemos que las cosas cambian porque el año cambió de dígitos. Es una cuestión de placebo-mentalis. Los días no tienen límites. Es el sol el que te hace creer eso. Si voláramos en sentido inverso y a la misma velocidad de la tierra, el sol siempre se mantendría ahí y nada transcurriría. Se conservaría todo tal cual está y tal cual es.
Tampoco es hoy día para filosofar ni para la astrología. Es día para festejar el año nuevo.
Mientras te tomaste el refresco que te preparó tu parienta y terminaste el fregado que dejaron anoche los comensales, que creo fueron 32 personas, tú estás pensando en que por fin vas a tomar un desayuno-almuerzo, al menos para reponer fuerzas y que se te vaya quitando el cuerpo tan chungo que se te quedó al despertar.
-Churri, anda, ponme algo de comer que tengo el estómago más arrugao que el trapo de un tonto.
-Pues mira: si quieres, te pongo algo de lo que sobró anoche. Carne mechá, queso, salchichón, chorizo, jamón, gambas, filetes en salsa al whiski…lo que tú quieras.
-Churri, no me mientes eso que ya anoche me harté. Solo de pensarlo me da fatigas.
-Pues entonces te pongo dos huevos fritos…
Anda que, ya te vale. Empezar el año comiéndote dos huevos fritos…¡eso da para mucho propósito de enmienda!. No, si lo que yo te diga. Mucho desear suerte, mucho feliz año nuevo ¿y lo empiezas así? Al carajo los propósitos.
Así es el comienzo del año: igual que terminó, pero con el cuerpo hecho una mierda y encima cabreao.

No hay comentarios: