domingo, 18 de enero de 2009

UN DIA EN LAS CARRERAS

Hoy domingo es un día de los que te gusta, apenas abres los ojos, vivirlo con intensidad y alegría. Libre de cualquier tipo de sofoco, recién levantado, bien descansado. Vamos, de esas jornadas que piensas que un minuto más en la cama es un minuto perdido. ¿Raro, no? Pues es verdad.
Ya llevaba tiempo queriendo acercarme al Hipódromo de Dos Hermanas. Una ciudad que se está modernizando a pasos agigantados y que ya en nada debe ni tiene que envidiar a cualquier ciudad cosmopolita. Reúne dos cosas importantes: la tranquilidad de una ciudad pequeña y el ajetreo diario de una localidad en auge, llena de comercios y el lógico de la actualidad. Los domingos, que es cuando hay carreras, el acceso a las instalaciones es gratuito, así que me duché, llamé a mis hijas y les dije que me prepararan a las dos “micurrias” que me las llevaría a pasar un día, o mejor dicho, una mañana en las carreras.

Nuestro amigo Jose -Delars-, ( http://delars.blogspot.com/ ) que vino de Ayamonte en visita de cortesía a pasar un fin de semana, no quiso perderse el evento y nos acompañó junto a Chema, marido de mi hija, o sea, mi sufrido yernito… y claro ¿¡cómo no iba a invitarle también!?

Así que cuando llegamos al recinto éste ya estaba a reventar de gente. Innumerables familias, niños corriendo de un lado a otro, un gentío digno de Keptom Park, o el de Ascot, Berkshire, aunque con menos pamelas y sombreros de copa.


De tal forma que, para hacer algunas fotografías de las tribunas, tuve que esperar entre carrera y carrera a que éstas se desalojaran de público.

Yo, mientras los dos se fueron a mojar la garganta, tuve que hacer, como suele hacer todo abuelito, de canguro.
Menos mal que los niños, que no son muy adeptos a las carreras, tenían también su divertimento. Camas elásticas en las que por 2 € los tenías dando saltos, brincos y volteretas durante 15 minutos. Tiempo suficiente para tomarte un respiro y un refresco, aunque, eso sí, no exento de cabreo por tener que andar con mochila de fotógrafo, “mariconera”, dos niñas pidiendo hasta la hora y además, pendiente del comienzo de cada carrera para poder fotografiar.


Finalmente pude tirar algunas, aunque me hubiese gustado más situarme mejor y no tan a la carrera.

Ya cuando estaba a punto de irme y casi dentro del coche, vi que empezó otra carrera. Esta vez las vallas no estaban con protección porque esta zona correspondía a los aparcamientos, así es que tomé la cámara otra vez, me tendí sobre el suelo, dentro de la pista y pude, al menos, tomar estas que ya sí dicen algo más.

Pero bueno, todo sea por pasar un día “tranquilo”. Quedé satisfecho porque siempre, después de un día como el de hoy, me quedó una grata recompensa. No, no aposté y gané, no. Aparte de que no tuve tiempo sino para beberme una cerveza con tantas ganas, que el vaso quedó con tanta espuma que nadie sabría decir si era de la cerveza o de Fairy en el vaso sin enjuagar.

La recompensa fue que en cuanto nos metimos en el coche para irnos ya a casa, se quedaron “fritas”. ¡Bendita sea la cama elástica! y, ¡qué rentabilidad me dieron esos 4 €!

Pero pienso volver porque el gusto de ver cómo disfrutan las “enanas” y cómo disfruto yo cuando “caen”… no se puede describir.

2 comentarios:

Delars dijo...

maricona, o cambias el color del fondo o el de la letra, que no se ve ná.

sigo pinchando.

saludos.

Delars dijo...

maricona, el fondo lo veo blanco.