Siempre tuve la suerte de soñar despierto. A cualquiera que le digas esto pensará que no tengo los pies sobre la tierra…¡¡¡pues nada más lejos de la realidad !!!.
Soñar despierto es vivir fantasía y tener el ánimo sano y libre de toda mala influencia. Simboliza que tu humor está vigente y que la gente que te rodea te quiere. El decir “soñar despierto” implica muchas cosas que hay que saberlas ver y valorar. Es revivir la niñez, amar todo lo que tocas, afrontar la lucha diaria con fuerza, sin decaimiento, ser feliz sin importarte qué hay detrás de cada esquina, saber entender cómo debes enfrentarte a los reveses que te van surgiendo…es, en una frase corta y concisa: Amar la vida.
Pero el estado de ánimo no sólo es parte de tu vivir diario, es también la influencia de tus orígenes. Ser del sur o sureño implica ser alegre. Sin paliativos. Despertar cada día y ver el cielo azul, que el sol te deslumbre, que sientas los rayos sobre tu cuerpo y notes como poco a poco te va avivando la sangre, aunque termines huyéndole por unos instantes…eso es vivir intensamente. Conformarse con lo poquito que tienes, sacar de una adversidad una broma, de una lágrima una sonrisa, de un llanto una carcajada…de un limón una limonada.
Siempre dije y lo mantengo que el día que tenga que abandonar este mundo será en un día de lluvia, y por la tarde al oscurecer. No entiendo irme de aquí cuando más vivo y alegre me encuentro. Cuando el sol brilla, cuando en la mañana respiras profundamente y miras a lo lejos al mundo, cuando paseas por alguna avenida y observas a la gente caminar que va cada cual a su tarea, oír los motores de un avión y piensas que va camino de un punto lejano, repleto de personas dispuestas a disfrutar de sus vacaciones en el paraíso ansiado. Mi sangre no me permitirá desparecer sin más. Vivo intensamente todo lo que esta vida me ofrece, incluso las penas, porque de ellas sacaré la experiencia.
Pero el estado de ánimo no sólo es parte de tu vivir diario, es también la influencia de tus orígenes. Ser del sur o sureño implica ser alegre. Sin paliativos. Despertar cada día y ver el cielo azul, que el sol te deslumbre, que sientas los rayos sobre tu cuerpo y notes como poco a poco te va avivando la sangre, aunque termines huyéndole por unos instantes…eso es vivir intensamente. Conformarse con lo poquito que tienes, sacar de una adversidad una broma, de una lágrima una sonrisa, de un llanto una carcajada…de un limón una limonada.
Siempre dije y lo mantengo que el día que tenga que abandonar este mundo será en un día de lluvia, y por la tarde al oscurecer. No entiendo irme de aquí cuando más vivo y alegre me encuentro. Cuando el sol brilla, cuando en la mañana respiras profundamente y miras a lo lejos al mundo, cuando paseas por alguna avenida y observas a la gente caminar que va cada cual a su tarea, oír los motores de un avión y piensas que va camino de un punto lejano, repleto de personas dispuestas a disfrutar de sus vacaciones en el paraíso ansiado. Mi sangre no me permitirá desparecer sin más. Vivo intensamente todo lo que esta vida me ofrece, incluso las penas, porque de ellas sacaré la experiencia.
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